PRECIO
CLP 2.500.000
Agotado
La Obra
Uno de los elementos que sobresale en estas pinturas recientes de Catalina Rojas, es la necesidad de replantear su modo de comprender el verbo pintar desde la historia del arte. Razón por la cual, la artista toma como primer objeto de estudio una de las obras maestras del pintor español Diego de Velásquez (1599–1660), titulada “Las Meninas”, lienzo en donde ella instala su propia versión de la escena como un comentario a su trabajo y del autor en cuestión.
Tal proceder en el arte de Catalina, no es nuevo en el breve relato de la pintura local, ya que a mediados de los años setenta en el siglo pasado, Gonzalo Cienfuegos tomó como punto de reflexión la obra de Velásquez para dar rienda
suelta a una serie de óleos, donde la teatralización de los personajes, unido a las citas de lo pintado por el artista español, hicieron de esas pinturas un inteligente comentario político social al Chile de esos años. Catalina Rojas inserta el mundo de hoy y particularmente la globalización en la que vivimos para hacer de esta escena palaciega, titulada, “Meninas Millenials” (1.70 x 1.70 metros), un escenario para la “Selfie”. Ya que de manera inteligente
ha tomado a cada uno de los personajes del cuadro original y los ha integrado a una escena en donde la infanta del primer plano se autorretrata, haciéndonos meditar en como la pintura de los siglos pasados era la predecesora de lo que hoy podemos hacer con un “smart phone”, aspecto que pone en relieve la propia autoría de la obra, al pintar ella mayormente personajes femeninos en reemplazo de las figuras masculinas que pueblan la obra de Velásquez.
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La Obra
Uno de los elementos que sobresale en estas pinturas recientes de Catalina Rojas, es la necesidad de replantear su modo de comprender el verbo pintar desde la historia del arte. Razón por la cual, la artista toma como primer objeto de estudio una de las obras maestras del pintor español Diego de Velásquez (1599–1660), titulada “Las Meninas”, lienzo en donde ella instala su propia versión de la escena como un comentario a su trabajo y del autor en cuestión.
Tal proceder en el arte de Catalina, no es nuevo en el breve relato de la pintura local, ya que a mediados de los años setenta en el siglo pasado, Gonzalo Cienfuegos tomó como punto de reflexión la obra de Velásquez para dar rienda
suelta a una serie de óleos, donde la teatralización de los personajes, unido a las citas de lo pintado por el artista español, hicieron de esas pinturas un inteligente comentario político social al Chile de esos años. Catalina Rojas inserta el mundo de hoy y particularmente la globalización en la que vivimos para hacer de esta escena palaciega, titulada, “Meninas Millenials” (1.70 x 1.70 metros), un escenario para la “Selfie”. Ya que de manera inteligente
ha tomado a cada uno de los personajes del cuadro original y los ha integrado a una escena en donde la infanta del primer plano se autorretrata, haciéndonos meditar en como la pintura de los siglos pasados era la predecesora de lo que hoy podemos hacer con un “smart phone”, aspecto que pone en relieve la propia autoría de la obra, al pintar ella mayormente personajes femeninos en reemplazo de las figuras masculinas que pueblan la obra de Velásquez.
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