PRECIO
$600.000
Agotado
La Obra
“La obra es un autorretrato vívido de mi familia; todos participaron y fueron parte de ella. Con el cuerpo y el momento, cada uno fue dejando su huella en un ambiente de reunión. La intención fue que cada uno se expresara y liberara. Fue un momento de liberar aquellos problemas que todas las familias tenemos, y también de expresar otros buenos momentos, creando lazos familiares a través de la pintura, que pueden observarse también en la misma obra. Esta técnica pictórica fue desarrollada en el s. XX por el artista Jackson Pollock, quien trabajaba solo con todo su cuerpo frente al lienzo u otro soporte. En mi experiencia, quise hacer a todos los integrantes de mi familia parte de la obra.”
En 2014 comienzan sus estudios oficiales en el Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello en la carrera de Artes Visuales, hasta finales de 2017. En 2018, debido a su interés por un modelo educativo diferente, comienza sus estudios de Artes Visuales en la Universidad Finis Terrae, con el fin de continuar su desarrollo como artista, ampliar conocimientos y conocer nuevas técnicas, materiales y cultura general de las artes..
La pintura, el dibujo y otras materias han estado presentes durante toda su vida. Declara que desde que tiene memoria está pintando o creando; “ha sido siempre mi herramienta de libertad, comunicación y expresión”. La pintura, hasta ahora, es el material con el que María Elena dice tener mayor conexión y flexibilidad para poder dialogar al momento de realizar su trabajo.
Su trabajo generalmente es frente a un papel de harta absorción para poder trabajar con varias etapas o más bien capas que dejen su propio registro y junto a los materiales buscar y encontrar el sentir y lo único de lo humano. En esa línea, va dándole orden a esas sensaciones, dentro de un trance exhaustivo que surge frente al soporte y la conexión sensible con los materiales y el momento. Este orden de sensaciones proviene de la búsqueda de una identidad que se ve reflejada por medio del gesto, de la mancha, el color y la experiencia. Lo que aparenta comenzar como una mancha, termina formando un rostro, una identidad alejada de estereotipos, admirando lo invisible detrás de lo humano, una identidad totalmente individual extraída de lo sensible.
Al momento de pintar expresa todo lo que sucede en lo cotidiano, personas a las que quiere ayudar, personas que ve y siente de lejos, personas con las que conversa, que conoce los sentimientos que esconden detrás de una sonrisa fingida, problemas, rabias, gritos y alegrías; además de todo lo que grita, llora y ríe la gente que quiere; también las esperanzas, los problemas, las decisiones simples o complicadas, memorias del pasado, incluso lo que cree que piensan otros de ella; todo esto cae en el papel. Sin poder parar de pintar hasta que esté todo resuelto dentro de su cabeza, y cuando está terminado, ve que se formó un rostro, y a la vez que se ha creado un vínculo con un otro.
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La Obra
“La obra es un autorretrato vívido de mi familia; todos participaron y fueron parte de ella. Con el cuerpo y el momento, cada uno fue dejando su huella en un ambiente de reunión. La intención fue que cada uno se expresara y liberara. Fue un momento de liberar aquellos problemas que todas las familias tenemos, y también de expresar otros buenos momentos, creando lazos familiares a través de la pintura, que pueden observarse también en la misma obra. Esta técnica pictórica fue desarrollada en el s. XX por el artista Jackson Pollock, quien trabajaba solo con todo su cuerpo frente al lienzo u otro soporte. En mi experiencia, quise hacer a todos los integrantes de mi familia parte de la obra.”
En 2014 comienzan sus estudios oficiales en el Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello en la carrera de Artes Visuales, hasta finales de 2017. En 2018, debido a su interés por un modelo educativo diferente, comienza sus estudios de Artes Visuales en la Universidad Finis Terrae, con el fin de continuar su desarrollo como artista, ampliar conocimientos y conocer nuevas técnicas, materiales y cultura general de las artes..
La pintura, el dibujo y otras materias han estado presentes durante toda su vida. Declara que desde que tiene memoria está pintando o creando; “ha sido siempre mi herramienta de libertad, comunicación y expresión”. La pintura, hasta ahora, es el material con el que María Elena dice tener mayor conexión y flexibilidad para poder dialogar al momento de realizar su trabajo.
Su trabajo generalmente es frente a un papel de harta absorción para poder trabajar con varias etapas o más bien capas que dejen su propio registro y junto a los materiales buscar y encontrar el sentir y lo único de lo humano. En esa línea, va dándole orden a esas sensaciones, dentro de un trance exhaustivo que surge frente al soporte y la conexión sensible con los materiales y el momento. Este orden de sensaciones proviene de la búsqueda de una identidad que se ve reflejada por medio del gesto, de la mancha, el color y la experiencia. Lo que aparenta comenzar como una mancha, termina formando un rostro, una identidad alejada de estereotipos, admirando lo invisible detrás de lo humano, una identidad totalmente individual extraída de lo sensible.
Al momento de pintar expresa todo lo que sucede en lo cotidiano, personas a las que quiere ayudar, personas que ve y siente de lejos, personas con las que conversa, que conoce los sentimientos que esconden detrás de una sonrisa fingida, problemas, rabias, gritos y alegrías; además de todo lo que grita, llora y ríe la gente que quiere; también las esperanzas, los problemas, las decisiones simples o complicadas, memorias del pasado, incluso lo que cree que piensan otros de ella; todo esto cae en el papel. Sin poder parar de pintar hasta que esté todo resuelto dentro de su cabeza, y cuando está terminado, ve que se formó un rostro, y a la vez que se ha creado un vínculo con un otro.
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